Estamos iniciando una fase de cooperación global entre ciudades sin precedentes, con alcaldes de diferentes intereses políticos de todos los rincones del globo movilizándose conjuntamente. Ciudades C40 es una de las plataformas que promueve este acercamiento, respaldado por un sentido de solidaridad y responsabilidad global. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el alcalde de San Francisco, Edwin M. Lee, son firmes defensores del potencial de estas redes para promover soluciones prácticas y sostenibles a algunos de los problemas más acuciantes a los que se enfrenta el mundo en la actualidad.

Green European Journal: Hoy en día, las ciudades son las principales emisoras de dióxido de carbono (CO2) y consumidoras de energía del mundo, y tienen la oportunidad y la responsabilidad de tomar medidas determinantes sobre el cambio climático. Con la retirada de Trump del Acuerdo de París sobre el cambio climático y teniendo en cuenta su limitado poder, ¿qué pueden hacer las ciudades para luchar contra el cambio climático?

Anne Hidalgo: Cuando vemos que las divisiones políticas se sienten y se manifiestan con más pasión que nunca, me acuerdo de mi amigo el filósofo, activista y urbanista Benjamin Barber, autor de “If Mayors Ruled the World” [“Si los alcaldes gobernaran el mundo”], tristemente fallecido este año. Su cita favorita era del antiguo alcalde de Nueva York, Fiorello La Guardia: “No hay forma democrática o republicana de arreglar una alcantarilla”. Cuando los alcaldes de la red C40[1] se reúnen y consideran los impactos del cambio climático contra el que luchan las ciudades, no hay lugar para la división ideológica. Estamos centrados únicamente en alcanzar los ambiciosos objetivos del Acuerdo de París y en crear ciudades prósperas para nuestros ciudadanos. A través de la red C40 de 91 ciudades que están luchando específicamente contra el cambio climático, se puede observar que el intercambio de ideas y la innovación, y la “coopetición” saludable [competencia cooperativa] conduce constantemente a los alcaldes miembros a ser más ambiciosos en sus planes climáticos.

El Acuerdo de París fue un logro diplomático increíble que no se habría conseguido sin el papel decisivo de los Estados Unidos de América. Y estoy convencida de que, con la Casa Blanca o sin ella, los EUA realizarán el trabajo igualmente. La respuesta de más de 370 ciudades de los EUA comprometiéndose a apoyar el Acuerdo de París, es prueba de este compromiso. Con independencia de la decisión final del presidente Trump, las ciudades más importantes del mundo, unidas en la red C40, asumen sus responsabilidades. Sabemos que no tenemos alternativa.

En septiembre de 2017 con un grupo pionero compuesto por los alcaldes de Boston, Durban, Londres, Los Ángeles, Melbourne, Ciudad de México y Nueva York, nos comprometimos a trabajar con el C40 para desarrollar planes de acción climática que facilitarán la reducción de emisiones necesaria para cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Una vez más, las ciudades están definiendo este siglo.

Edwin M Lee: Los resultados de las elecciones de 2016 aquí en los Estados Unidos han aumentado ciertamente, cuando no exigido, un sentido de responsabilidad climática a nivel local y estatal. Tenemos una administración federal que continúa negando la amenaza que supone el cambio climático, incluso cuando huracanes intensos devastan ciudades como Houston y Tampa, terribles incendios arrasan el noroeste del Pacífico y la grave sequía persiste en el centro del país. La retirada del presidente de los Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático fue un momento particularmente catalizador. Durante los días siguientes, las ciudades estadounidenses se movilizaron. Más de 300 alcaldes estadounidenses firmaron una carta de apoyo al Acuerdo de París, expresando nuestro compromiso continuado con la protección de nuestro planeta y nuestros ciudadanos. Además, numerosos líderes y organizaciones empresariales, estatales, educativos y sociales también garantizaron su compromiso con la lucha contra el cambio climático.

Desde una perspectiva global, el liderazgo de las ciudades nunca había sido tan urgente. Las redes como el C40 engloban el poder de las ciudades para el bien de todos. El C40 representa a una cuarta parte de la economía mundial y a 650 millones de personas. Lo que se traduce en un porcentaje significativo del mercado global que puede hacernos avanzar realmente.

El pasado año anuncié el lanzamiento de un programa de agrupación comunitario que permite a los residentes y a los negocios elegir energía más limpia y renovable a precios competitivos. Este programa es fundamental para el objetivo de la ciudad de San Francisco de obtener el 50 por ciento de la electricidad de fuentes renovables en 2020 y el 100 por cien en 2030. El pasado mes, Salesforce, una de nuestras empresas con sede en San Francisco, anunció que sus edificios actuales y su último edificio, la mayor torre de la Costa Oeste de los Estados Unidos, utilizarán exclusivamente energía renovable. Dado que la administración federal continúa renunciando a su responsabilidad cuando se trata de confrontar la realidad del cambio climático, es importante que los gobiernos locales, las empresas y las organizaciones sin ánimo de lucro continúen avanzando.

Durante los últimos siglos, la movilidad y la energía en la ciudad se han diseñado alrededor de un modelo basado en los combustibles fósiles elaborado para cubrir las necesidades de los coches privados, los hombres y la industria. ¿Cómo podemos cambiar de concepción?

Anne Hidalgo: Estoy convencida de que la era en la que nuestras calles estaban dominadas por vehículos que funcionan con combustibles fósiles está llegando a su fin. Nuestros ciudadanos quieren y merecen calles más saludables. Se puede observar en las decisiones que están tomando alcaldes pioneros de todo el mundo para restringir los vehículos más contaminantes e incentivar a los ciudadanos a elegir el transporte público, las bicicletas y el desplazamiento a pie. Estoy muy orgullosa de que, desde hace varios años, París esté a la cabeza en este sentido. Por ejemplo, cuando introdujimos el programa de alquiler de bicicletas Vélib’, sólo seis ciudades de la red C40 disponía de un programa similar. En la actualidad, 43 ciudades de la red disponen de programas de alquiler de bicicletas. Esto representa cientos de millones de desplazamientos en bicicleta cada año en las ciudades, que no generan ninguna emisión de gases de efecto invernadero. Mediante la peatonalización del margen derecho del rio Sena, hemos creado un nuevo espacio maravilloso para el disfrute de los parisinos y de aquellos que aman París.

También nos hemos comprometido, junto con Ciudad de México, a prohibir los vehículos diésel en la ciudad para 2025, ya que son el mayor peligro para la salud pública. La contaminación mata a más de cuatro millones de personas anualmente en todo el mundo, y la mayoría de dichas muertes ocurren en las ciudades. Estas políticas se basan en la urgencia de la crisi sanitaria y climática a la que nos enfrentamos.

En los anuncios que están realizando los fabricantes de vehículos se puede observar que reconocen la necesidad de cambiar de modelo de negocio a un futuro que estará dominado por vehículos limpios. Los ejecutivos, inversores y consumidores están cambiando su forma de pensar sobre el transporte, así como sobre la producción energética, la planificación urbanística y muchas otras áreas de la vida en la ciudad para aceptar un futuro sostenible y verde.

Edwin M Lee: Las ciudades tienen una gran oportunidad de cambiar el paradigma actual de movilidad. En primer lugar, reconocemos que la forma de transportar personas y bienes tiene un impacto no solo en el éxito económico sino también en el bienestar, el clima y la salud pública de nuestras comunidades. El cambio a los combustibles renovables y a los vehículos sin emisiones nos puede proporcionar una mejor calidad del aire y reducir los impactos en la salud, sobre todo en comunidades muy afectadas por la contaminación y la congestión del tráfico. En San Francisco, alrededor del 50 por ciento de nuestra flota de transporte público es eléctrica o utiliza energía renovable sin emisión de carbono.

También disponemos de la mayor flota municipal de autobuses diésel del país. En 2015, dirigí la agencia de transporte y la convertí en su totalidad a diésel renovable, que libera unas emisiones y contaminación significativamente menores que el diésel tradicional. Incluso ampliamos este trabajo para que tuviera una mayor implementación en las flotas de transporte privadas y regionales mediante el uso de diésel renovable como combustible sustituto de transición, mientras avanzamos hacia un futuro con vehículos sin emisiones. Esto requiere un mercado de transporte electrificado. El área de la bahía de San Francisco es uno de los mayores mercados de vehículos eléctricos en los Estados Unidos, gracias a las inversiones en infraestructuras para vehículos eléctricos. Sabemos que la demanda de Teslas, Chevy Volts y Nissan Leafs va a continuar creciendo, por lo que hemos formulado políticas para que todos los nuevos edificios construidos en San Francisco dispongan de suficiente capacidad eléctrica e infraestructura para soportar la carga in-situ de los vehículos. Esto proporcionará un mayor acceso y equidad de carga en todos los barrios de nuestra ciudad.

Unirse a las redes globales es la mejor forma de acelerar las acciones necesarias para evitar las peores consecuencias.

Para imaginar realmente una concepción diferente de movilidad, necesitaremos ir más allá del cambio de combustible y la electrificación. Como ciudades, debemos reconfigurar el diseño de las calles, realizar inversiones en transporte y garantizar tanto la seguridad pública como el acceso igualitario, especialmente a los residentes que se enfrentan a los mayores problemas en materia de movilidad. La “Transit First Policy” (Política para la priorización del transporte público) de San Francisco prioriza las inversiones públicas en transporte público con combustibles con un bajo nivel de emisiones de carbono o sin emisiones de carbono. Estamos invirtiendo en más carriles bici y en la ampliación del programa de bicicletas compartidas, en dos proyectos de transporte rápido por autobús y en un nuevo proyecto de “metro central” que mejorará la conectividad del transporte y el acceso a las comunidades dependientes del tráfico. En 2017, iniciaremos también la primera fase de un proyecto que prohibirá los vehículos privados en la principal vía al centro de la ciudad, haciéndola más agradable para peatones y ciclistas. Nuestro modelo “Transit First” (Priorización del transporte público) nos ha ayudado a cambiar nuestro paradigma hacia un sistema de transporte multimodal que proporciona opciones seguras, peatonales, de acceso al transporte público y bicicletas a todas las comunidades y todos los residentes.

Las ciudades comparten preocupaciones y desafíos similares, especialmente en lo relativo al cambio climático. Ustedes dos están involucrados en redes de megaciudades, ¿cuál es su trascendencia geopolítica y su trascendencia política real en el mundo actual?

Anne Hidalgo: Los científicos especializados en el clima son prudentes al atribuir fenómenos meteorológicos específicos al cambio climático. Sin embargo, tras las inundaciones causadas por los monzones desde el verano de 2017 en Bombay y Dhaka, la destrucción provocada por los huracanes Harvey e Irma en Houston, Miami y La Habana, o las olas de calor y los incendios forestales que afectan a Los Ángeles, el increíble impacto del cambio climático en nuestras ciudades es evidente.

En la actualidad, los alcaldes están trabajando en este contexto. Cada decisión que tomamos se basa en la urgencia de la crisis climática a la que nos enfrentamos. El informe Fecha Límite 2020 (Deadline 2020) del C40 reveló de forma precisa lo que han de hacer las ciudades para cumplir el Acuerdo de París. La respuesta corta es que, para evitar el catastrófico cambio climático, se debe empezar a actuar ya, rápidamente y a gran escala. Las ciudades ambiciosas deben compartir sus conocimientos sobre qué políticas, proyectos y enfoques funcionan mejor, de manera que otras ciudades puedan aprender de ellas y actuar sin demora.

Todos los años el C40 y Bloomberg Philanthropies celebran los Premios de Ciudades C40 que reconocen los esfuerzos más innovadores realizados por ciudades de todo el mundo en la lucha contra el cambio climático. Lo que llama la atención sobre los finalistas, anunciados este mes, es la ambición y el grado con los que intentan transformar áreas enteras de la vida urbana. La sostenibilidad ha dejado de ser programas de reciclado y paneles solares en los ayuntamientos. Se trata de una consideración global de todas las políticas urbanas, desde la salud pública al desarrollo económico, desde la planificación urbanística a la inversión en infraestructuras.

Edwin M Lee: Las ciudades siempre han compartido un sentido de conectividad entre ellas que la economía global y la creciente interconexión ha reforzado. Las ciudades también han jugado un papel importante en el paisaje geopolítico, como centros de innovación y actividad cultural. Ahora que inicio mis dos últimos años al servicio de los vecinos de San Francisco, soy más consciente que nunca del importante papel que las principales ciudades principales deben jugar en la escena mundial. Las ciudades C40 realmente representan la contrapartida al escepticismo climático y al cinismo de Washington D.C.

El cambio climático no se puede resolver en una única ciudad. Unirse a las redes globales es la mejor forma de acelerar las acciones necesarias para evitar las peores consecuencias. Las redes como el C40 dan a San Francisco la oportunidad de compartir nuestras mejores prácticas y la experiencia adquirida en lo que se refiere a edificios ecológicos, energía y reducción de residuos. Las redes que cruzan las fronteras ciudad-estado también nos dan acceso y nos abren canales de comunicación. San Francisco es también miembro activo de Pacific Coast Collaborative, que nos ha vinculado con ciudades y estados similares a lo largo de la Costa Oeste y despierta una gran colaboración y una cooperación reflexiva. Y el Under2Coalition firmado por entidades regionales demostró que los países, estados y ciudades pueden unirse para hacer algo maravilloso por el planeta.

Lo que está ocurriendo hoy en día me recuerda a junio de 1945 cuando delegados de 50 países se reunieron en San Francisco para firmar la carta que condujo a la formación de las Naciones Unidas y cómo eso cambió el mundo a mejor. El próximo año, cuando autoridades regionales, estatales y municipales preparen venir a San Francisco para la Cumbre Global sobre el Clima 2018 del Gobernador de California Jerry Brown, nuestras ciudades tendrán la oportunidad de enviar un mensaje de unidad al mundo.

Las redes de ciudades presentan un gran potencial, pero ¿cómo podemos garantizar que dichas iniciativas involucren a ciudadanos de todos los ámbitos sociales y no sean proyectos diseñados por y para una élite globalizada, acomodada y con estudios en la que sólo unos pocos tienen voz?

Anne Hidalgo: Mi predecesor en la presidencia del C40 fue Eduardo Paes, entonces alcalde de Río de Janeiro, y durante su mandato el C40 alcanzó un importante hito al incluir en la red a más del 50% de ciudades del hemisferio sur. El cumplimiento del Acuerdo de París sobre el cambio climático requiere que las ciudades de Europa, Norteamérica y Australia reduzcan urgentemente las emisiones per cápita. Pero igual de importante será garantizar que las ciudades de China, India, África y Asia consigan un desarrollo sostenible. Hay más vehículos eléctricos en las calles de las ciudades chinas que en ningún otro país. París y las ciudades de la red C40 están buscando ideas inspiradoras de los alcaldes miembros de todo el mundo.

Las mujeres son más vulnerables al cambio climático que los hombres. Nuestra obligación es preparar el camino para la siguiente generación de mujeres líderes.

Una de mis mayores prioridades como presidenta del C40 es garantizar que los ciudadanos de nuestras ciudades tengan voz en las decisiones que están conformando nuestro futuro climático. Quiero que todos los ciudadanos de París y de todas las ciudades nos ayuden a dirigir nuestros esfuerzos. Nuestro objetivo es garantizar el futuro de nuestro planeta y esto no se puede dejar a las decisiones de gente encerrada en sus despachos. Las ciudades son esencialmente espacios compartidos y, por lo tanto, el futuro de nuestras ciudades debe ser un proyecto compartido.

Edwin M Lee: Las medidas climáticas y el éxito económico de San Francisco se basan en un compromiso con la colaboración, la equidad, la inclusión y la innovación. Cuando me hice cargo de la alcaldía prometí que las políticas medioambientales de San Francisco beneficiarían a todo el mundo. Solo tendremos éxito si desarrollamos políticas inclusivas que involucren y beneficien directamente a las poblaciones desfavorecidas de las ciudades. Por ejemplo, el sector del transporte de San Francisco continúa siendo una de las fuentes más significativas de emisiones. Estamos abordando este desafío centrándonos en la calidad del aire, la electrificación, el transporte público y la seguridad de los peatones y los ciclistas. Pero también es importante unir nuestros esfuerzos en educación y empleo. En febrero de 2017, San Francisco se convirtió en la primera ciudad estadounidense en dar acceso gratuito a su universidad a todos los residentes. Cuando anuncié los nuevos requisitos obligatorios para aumentar la capacidad de carga de los vehículos eléctricos en abril de 2017, estábamos en posición de establecer un vínculo con un programa gratuito de certificación relativo a vehículos eléctricos híbridos en el City College de San Francisco. Este programa formará al personal local para dar servicio a la adopción creciente de vehículos eléctricos y de tecnología de carga. Estas oportunidades formativas y laborales son muy importantes para la transición de nuestras comunidades a los trabajos con baja emisión de carbono del futuro.

Parte de mi objetivo al dirigir el compromiso global de San Francisco es amplificar la voz de aquellos que creen en el cambio climático, y dar la bienvenida a aquellos que todavía no se han comprometido. Debemos entender y animar a aquellos que se están esforzando en cubrir únicamente sus necesidades básicas y a quienes el debate sobre el clima les parece abrumador.  Estas personas serán quienes más sientan los impactos de la crisis climática. Debemos llevar la inclusión y la colaboración sobre cambio climático a todos los niveles, desde el plano mundial al local.

Los valores de inclusión serán los que consigan el éxito climático y una gran innovación y prosperidad para todos.

Para resolver la crisis climática, necesitamos la ayuda de todos. Se está  trabajando mucho sobre el terreno en las ciudades, grandes y pequeñas, de Estados Unidos, se trata de economía vanguardista y de creación de puentes, de temas medioambientales y sobre la igualdad. Nuestro papel como ciudades participantes en alianzas y redes es mejorar ese trabajo y seguir colocando la igualdad como tema central. Esto mismo se puede decir de nuestras muchas organizaciones locales que ayudan a defender políticas a nivel local.

Anne Hidalgo, las buenas noticias son que cada vez más alcaldesas están liderando las ciudades. ¿Por qué la conexión entre las mujeres, el clima y las ciudades es tan importante? ¿Y cuáles son los objetivos de la iniciativa Women4Climate?

Anne Hidalgo: Desde que fui elegida alcaldesa de París, los medios de comunicación han enfatizado que he sido la primera mujer en este cargo. A nivel mundial, he dejado de ser la excepción a esta vieja norma, mantenida durante tanto tiempo. Mis amigas las alcaldesas de Washington D.C., Tokio, Sídney, Barcelona y Ciudad del Cabo comparten experiencias similares. Las mujeres están rompiendo barreras en cada vez más elecciones locales y las alcaldesas son cada vez más habituales. Las cifras lo demuestran: en 2014 solo cuatro ciudades dentro de la red C40 tenían alcaldesas, ahora, desde principios de 2017, 15 mujeres son alcaldesas, un incremento del 275%. Gobernar grandes áreas metropolitanas ha dejado de ser territorio prohibido.

El cambio climático es real y aquellos que lo dudaban puede que hayan cambiado de opinión con los últimos huracanes. Pero hay otra verdad inconveniente que necesitamos abordar: las mujeres son más vulnerables al cambio climático que los hombres. Nuestra obligación es preparar el camino a la siguiente generación de mujeres líderes. Los actos de las futuras líderes  serán clave en la lucha contra el calentamiento global.

Women4Climate ofrecerá ayuda, consejo y guía a jóvenes prometedoras y a sus proyectos sostenibles, en beneficio del mayor número posible de personas. En París, ya hemos identificado a un grupo de 10 líderes jóvenes inspiradoras que recibirán asesoramiento en el programa y que confío que allanarán el camino durante décadas en la lucha global contra el cambio climático.

¿Cómo imagina la ciudad en el futuro?

Anne Hidalgo: En 2050 más de dos tercios de la gente vivirá en ciudades. Para garantizar el futuro de nuestro planeta, esas ciudades del futuro necesitarán producir pocas emisiones de gases de efecto invernadero. Esto podría parecer un cambio enorme en la forma de funcionamiento de nuestras ciudades, pero confío en que el espíritu de innovación y la ambición colectiva que define la vida urbana hará que dicha transformación sea posible. Estas ciudades serán también más saludables, prósperas y equitativas.

Edwin M Lee: La urbanización y el aumento de la densidad tienen muchos beneficios para el medio ambiente, pero también crean problemas. Como ciudades, ¿cómo garantizamos la igualdad de nuestras poblaciones? ¿Cómo gestionamos las necesidades de transporte y la demanda inmobiliaria junto con la prestación de servicios sociales? Sabemos que las ciudades continuarán viéndose afectadas por el aumento del nivel del mar, altas temperaturas y condiciones climáticas más extremas. Mirando al futuro, creo que las ciudades están preparadas para liderar el enfrentamiento de estos retos. Podemos dirigir la transición a una economía ecológica. San Francisco ha conseguido reducir sus emisiones en un 28 % desde 1990, mientras que nuestra población local ha crecido en un 19 % y nuestra economía en un 79 %. Nuestro compromiso en lo referente al trabajo inclusivo sobre el clima está conduciéndonos a una mayor prosperidad e innovación.

Las ciudades son el futuro. Somos los laboratorios y las incubadoras de la innovación, especialmente con acciones y políticas climáticas. San Francisco continuará siendo un modelo de valores de inclusión que celebra la diversidad y la aceptación. Estos valores de inclusión serán los que consigan el éxito climático y una mayor innovación y prosperidad para todos. En un momento en el que nuestro país intenta cerrar nuestras fronteras, de forma figurada y literal, San Francisco y ciudades de todo el mundo son faros de esperanza.

 

[1] Creado y dirigido por ciudades, el C40 está centrado en la lucha contra el cambio climático y lleva a cabo acciones urbanas que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y los riesgos climáticos, mientras que aumentan la salud, el bienestar y las oportunidades económicas de los habitantes de las ciudades. La actual presidenta es la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el tres veces alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael R. Bloomberg, preside el consejo.

Talk of the Town: Exploring the City in Europe
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'Talk of the Town' focuses on cities and their significance across Europe and beyond, both as the site of key transformations and new dynamics, but also as political actors in their own right.

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