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More by Manuel Müller

En la mayoría de los países democráticos, las campañas electorales funcionan de la siguiente manera: primero, los partidos presentan su programa electoral en el cuál anuncian las medidas que pretenden implementar si ellos ganan. Después, designan el candidato que apoyan como jefe de gobierno. A continuación, salen a la calle y publicitan sus programas y sus candidatos a través de posters y eventos. Y finalmente, los votantes deciden en las elecciones que partido van a respaldar.

Por el contrario, a nivel europeo durante mucho tiempo las largas campañas electorales han funcionado de manera distinta: en vez de presentar un único programa, los partidos europeos publican varias docenas – uno por cada Estado miembro. No había candidatos a nivel europeo, el presidente de la Comisión Europea se elegía después de las elecciones en las reuniones de trastienda del Consejo Europeo. Los posters y los eventos acostumbraban a tratar básicamente sobre  las políticas nacionales y no tenían nada que ver con las políticas europeas. Y al final, muchos votantes decidían no participar en las elecciones.

 

Candidatos europeos, cuestiones europeas

Sin embargo, este año todo funciona de una manera distinta. Por primera vez, los mayores partidos europeos han nombrado un candidato para Presidente de la Comisión: Martin Schultz por el Partido Socialista Europeo (PSE), Jean-Claude Junker por el Partido Popular Europeo (PPE), Guy Verhofstadt for por la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), Alexis Tsipras por la Izquierda Europea (IE), y Ska Keller y José Bové por el Partido Verde Europeo (PVE). Solamente el Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (GCRE) declinaron participar en lo que ellos consideran un “esquema federalista”. Estos candidatos paneuropeos incrementan las posibilidades de que los grandes debates, que se lleven a cabo durante este año electoral, giren entorno cuestiones paneuropeas. Tanto si se trata de la crisis financiera, el cambio climático, la política exterior, las migraciones, o el futuro de la democracia: la Unión Europea se ha convertido en el actor principal en muchas de estas áreas, en las que hay pocos motivos para discutirlas a nivel nacional. Además, los partidos europeos no son las alianzas heterogéneas que fueron. Los grupos del Parlamento Europeo incrementan sus posicionamientos estables y pueden representar claras alternativas  para los ciudadanos.

 

Los programas electorales europeos

Como consecuencia, las plataformas electores paneuropeas ganan importancia. Aunque los partidos europeos hayan adoptado sus programas electorales conjuntamente desde las primeras elecciones europeas en 1979, estos acostumbraban a servir de guía general y eran empequeñecidos por los programas nacionales adoptados por sus partidos miembros. Esta forma de proceder general, no ha cambiado en 2014. Sin embargo, la creciente disciplina de grupo clarifica que lo que importa en las elecciones europeas no son los programas nacionales, sino el programa electoral europeo de cada partido.

Dependiendo del partido, el formato de estos programas difiere claramente. Mientras el PVE ha adoptado un texto detallado (18 páginas), los de ALDE y PSE  son bastante más cortos (8 y 4 páginas respectivamente). La IE no ha adoptado un programa electoral, pero si un documento político de 15 páginas, en el que no sólo incluye propuestas de políticas, sino también reflexiones sobre el futuro del partido. El PPE ofrece dos textos diferentes, un “manifiesto” de 4 páginas y un programa de acción exhaustivo de 40 páginas. Muchos de los pequeños partidos europeos también han adoptado sus propios programas electorales, como es el caso del Partido Democrático Europeo (PDE), la Alianza Libre Europea. Por otro lado, el GCRE no tiene redactado conjunto. ¿Y entonces, cuánto defieren entre sí las distintas propuestas de los principales partidos? ¿Qué alternativas ofrecen a sus votantes? A continuación, presentaré una comparación de sus posiciones en relación a tres de las cuestiones más importantes que conciernen a la Unión Europea: la crisis financiera, la sostenibilidad ecológica y la reforma democrática de las instituciones europeas.

 

Causas de la crisis financiera

Cuando hablamos de crisis financiera, las discrepancias entre los partidos empiezan con el análisis de sus causas. La explicación más detallada proviene de la izquierda: para ellos, la crisis del euro explícitamente no es consecuencia de la mala gestión pública por parte de los países del Sur de Europa. Más bien, es una manifestación de la “crisis global del capitalismo”, “el resultado de un proceso depredador que tenía como objetivo la socialización de las pérdidas y la privatización de cualquier cosa capaz de generar beneficios”. Según la IE, la crisis hizo que las “confrontaciones de clase se visibilizaran”. Pese a que, el Partido Verde y el Partido Socialista utilizan un tono menos agresivo, ellos también consideran la “desregulación neoliberal” (PVE) como la raíz de la crisis, que se ha intensificado a través de las “políticas basadas en la austeridad” (PSE) en Europa. El programa electoral del PPE, por otro lado, establece las deudas nacionales como el principal motivo de la crisis: “las políticas de gastar ahora y pagar después de nuestros competidores causaron la crisis en un primer momento, e incrementaron el riesgo de una futura crisis”. En su programa de acción, sin embargo, se diferencian más y hablan de “una serie de diversos factores, incluyendo las excesivas deudas públicas y privadas, una falta de competitividad en determinados Estados miembros, una regulación débil de los mercados financieros y una integración insuficiente en la zona Euro”.

A pesar de estas diferencias en el análisis de las causas de raíz de la crisis, los partidos están en gran medida de acuerdo sobre cuál es el mayor reto de hoy en día: el alto desempleo es uno de los “principales elementos de injusticia” (PVE), “un peligro para la cohesión social” (PPE) y “la mayor crisis social y económica a la que se enfrenta actualmente Europa” (ALDE). Más empleo es la “mayor prioridad” para los Liberales y la “primera y mayor prioridad” de los Social Demócratas.

¿Y cómo conseguimos este objetivo? En particular para los partidos de centro-izquierda, una de las soluciones pasaría por una mayor inversión pública. En el contexto del Nuevo Pacto Verde Europeo, por ejemplo, el PVE quiere incrementar el presupuesto público y crear “instrumentos de financiación solidarios dirigidos a financiar la recuperación económica”. A través de inversiones en la eficiencia de la energía y de los recursos, los Verdes planifican “crear nuevos empleos de calidad”. PSE y ALDE también apoyan la promoción de las tecnologías verdes mediante inversión pública. Además, el PES pide una “ambiciosa política industrial para Europa” y una expansión de la Garantía Juvenil Europea. La IE da un paso mayor y habla de una “re-apropiación pública de los sectores estratégicos” y que financiar las inversiones mediante el “Banco Público Europeo”. Por el otro lado, el PPE se mantiene escéptico. Según ellos, “invertir en economías sin reformar nunca es garantía de crecimiento sostenible” y “que los gobiernos gasten más no es la solución”.  De este modo, el PPE apoya únicamente “inversiones dirigidas, desarrollando redes a nivel europeo en los campos de la energía, el transporte y de la Tecnología, Información y Comunicación (TIC),  a través de partenariados público-privados”.

 

Las reformas estructurales y el mercado interno

Sin embargo, los Demócrata Cristianos apuestan fuertemente por las “reformas estructurales”, que para ellos son “necesarias, hoy, que aseguren las condiciones indispensables para la creación de nuevos empleos”. En particular, el PPE quiere dirigir “los sistemas sanitarios, de pensiones, el mercado laboral y el sistema educativo” e introducir “políticas activas e inclusivas de empleo” así como “sistemas modernos de aprendizaje permanente”. Cómo estas reformas deberían ser, sin embargo, no es revelado en el programa de acción. Finalmente, el PPE y ALDE proponen la culminación del mercado interno europeo para “estimular el emprendimiento” (PPE) y “simplificar la forma de hacer negocios en Europa” (ALDE). Ambos partidos quieren crear puestos de trabajo “estimulando las economías para favorecer una mayor flexibilidad y movilidad profesional” (PPE) y “facilitar el movimiento libre de servicios y trabajadores” (ALDE)

 

Deuda pública

La cuestión sobre la gestión de la deuda pública muestra, de nuevo, un gran contraste entre los partidos de derechas y los de izquierdas. PPE y ALDE insisten en una menor inversión pública y piden “la creación d mejores mecanismos de control y más sanciones automáticas para los casos de incumplimiento del Pacto por la Estabilidad y el Crecimiento” (ALDE). El PSE, pide “mayor margen de maniobra para las inversiones en los presupuestos nacionales con el ? n de expandir la economía” y manifiesta “la importancia de mutualizar responsabilidades y derechos dentro de la Eurozona”.  El PVE está a favor de “un fondo de amortización de deuda y creando gradualmente instrumentos de deuda comunes (Eurobonos) bajo un marco de disciplina fiscal  común, claro y realista.”. Finalmente, IE, apoya “una convención europea sobre la deuda pública, que debe decidir sobre la abolición de la mayor parte de la –insostenible- deuda pública de los Estados sobre endeudados, junto con términos de devolución revisados, así como una clausula de crecimiento”. Además, proponen que el Banco Central Europeo “preste directamente a los Estados”.

 

Coordinación Macroeconómica

En contraste, la necesidad de una mejor coordinación macroeconómica goza de consenso entre la mayoría de los partidos europeos – aunque no tengan muy claro lo que se tiene que hacer exactamente.  Para el PPE “debe ser considerada una mayor coordinación fiscal y de políticas presupuestarias”.  El PSE quiere “una coordinación real de las políticas económicas y fiscales en la Eurozona”, aunque “los Estados miembros deben mantener su soberanía”. El PVE, finalmente, habla del “desarrollo de nuevos instrumentos para mitigar las grandes diferencias provocadas por los ciclos económicos, incluyendo las tasas de desempleo”, lo que parece ser una alusión al más que discutido seguro de desempleo europeo, pero que está escrito de tal manera que probablemente nadie se dé cuenta”. Además, el PPE y ALDE mencionan explícitamente que los Estados que no cuentan con el Euro como moneda, también tienen que incluirse en la política económica común, ya que “nuestros futuros económicos están ligados de forma indisoluble” (ALDE). Según el PPE, “la UE y la Euro zona debería convergir eventualmente”.

 

Unión bancaria

Otra idea que ha tenido un amplio apoyo es que el sector financiero debe estar más regulado. La supervisión bancaria europea y el Mecanismo de Resolución Único, mediante el cuál la “conexión viciosa entre deuda soberana y deuda bancaria” (PPE) se ha roto, goza de un apoyo general. En los detalles, sin embargo, las peticiones de los partidos difieren. Por ejemplo, el PVE es el único que demanda un mecanismo común de resolución y también de un sistema de seguro para los depósitos de más de 100.000€. El PSE esta a favor de “establecer cortafuegos e?caces entre la banca comercial y la de inversión” y de una “agencia europea pública e independiente de calificación crediticia”. El PPE se presenta el mismo como el guardián de la austeridad: mientras quieren “que los bancos transfronterizos y sistémicos” sean monitorizados por el Banco Central Europeo, aunque “para la pequeña banca, un sistema de supervisión tan estricto no es necesario”.

También como efecto de la crisis, todos los partidos han descubierto la política fiscal como un tema europeo. Sin embargo, una vez más podemos ver diferencias significantes entre la izquierda y la derecha. La posición más radical es la de la IE, que advierte de “los planes de creación de “Zonas Económicas Especiales” en territorio europeo” y resume sus peticiones en esta frase: “los ricos tienen que pagar por la crisis!” Pero también los Verdes quieren “restaurar la justicia y eficiencia fiscal”. Para ello, proponen unas tasas mínimas comunes sobre propiedades y corporaciones en todos los Estados miembros, y la IE aboga por “generalizar las tasas sobre el capital en los diferentes países”. Además, IE, PVE y PSE piden la tasa sobre las transacciones fiscales (o tasa Tobin).

A su vez, los Liberales y el PPE también quieren rediseñar el sistema fiscal, pero solo para “estimular el emprendimiento basado en modelos de negocio y “estimular el emprendimiento” (PPE). Y cuándo se trata de equilibrar los presupuestos nacionales, el PPE expresa “una clara preferencia para recortar gastos en vez de incrementar la fiscalidad”. En contraste, hay una unidad entre todos los partidos en la lucha contra el fraude y la evasión fiscal, la que el PPE considera “inmorales e injustas”. Además, muchos partidos quieren reaccionar frente los paraísos fiscales. Solo ALDE se declara “comprometido con el principio de competencia impositiva” y critica, solamente, “la evasión fiscal”, pero no menciona los paraísos fiscales.

 

La Europa social

Otra cuestión en la que los partidos de izquierdas ponen énfasis es la política social europea. Aunque el PPE también pida una “mayor convergencia social entre los Estados miembros de la Unión” y “progreso en la lucha contra la pobreza y la exclusión social”, sus propuestas concretas son bastante modestas.  Por ejemplo, ellos solo quieren “un salario mínimo por cada país implementado de acuerdo las leyes del derecho laboral de cada Estado” – no como el PSE y la IE, que piden completamente salarios mínimos europeos. Además, el PSE y el PVE se han comprometido a luchar contra el “dumping social”, quieren fortalecer los sindicatos europeos, apoyar la creación de convenios colectivos a nivel europeo, y están a favor de prohibir “los contratos precarios que afectan a tantos europeos” (PSE). Con una “tarjeta social europea”, los Verdes quieren mejorar la transferibilidad de los beneficios sociales entre los Estados miembros. En último lugar, pero no por ello menos importante, el PSE y los Verdes quieren modificar el tratado de la UE con una “clausula de progreso social”, de acuerdo con que “las libertades económicas no pueden pesar más que los derechos sociales” (PSE).

 

Políticas Ambientales

De la crisis financiera a la crisis ambiental: una vez más, existe un amplio consenso sobre la política energética sostenible y sobre la gestión más eficiente de recursos, como las tareas prioritarias de futuro.  Sin embargo, existen algunas diferencias en el análisis de fondo. Mientras que los Verdes tienen como prioridad acabar con el “catastrófico cambio climático”, la IE considera la ecología como “un asunto de soberanía popular y democracia”.  En cambio, para ALDE y PPE, el principal objetivo es “reducir la dependencia de las importaciones  sobre los combustibles fósiles” (PPE).

Cuando se trata de demandas concretas, se dan una serie de matices a tener en cuenta. Mientras que todos partidos están de acuerdo en que la UE debe reducir aún más sus emisiones de dióxido de carbono, únicamente los Verdes proponen objetivos concretos: En  1990, se tiene por objetivo reducir las emisiones en un 30 % para 2020 (en lugar del 20% establecido, como prevé la legislación vigente), y un 55 % en el año 2030 para llegar a una “sociedad de carbono cero “para el año 2050. Para ello, el PVE exige  “una reforma sustancial” del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea (ETS, por sus siglas en inglés)  y si eso no funciona, introducir un  “precio mínimo nacional a las emisiones carbono”. En cambio, las posiciones de otros grupos políticos son mucho más generales.  IE también critica el mal funcionamiento de la ETS, pero no sugiere ninguna alternativa.  ALDE considera  que “un mercado de carbono que funcione de forma eficaz” es “una herramienta clave para reducir los costes por las emisiones de gases con efecto invernadero” y quiere “fortalecer” el ETS. El PSE exige “fijar nuevos objetivos vinculantes en relación con la reducción de las emisiones de carbono”, pero no propone ninguna cifra concreta. Menos entusiasta es el PPE, el cual “aboga por la obligatoriedad, y el realismo; las metas a nivel europeo para 2030 podrían ser propuestas para aquellas áreas políticas que proporcionen un valor añadido demostrado en términos de seguridad a los inversores, así como de rentabilidad”.

 

Energías renovables y eficiencia energética

Una pauta similar se observa en la promoción de las energías renovables y la eficiencia energética. Una vez más, todas las fuerzas políticas, aparentemente, están de acuerdo: El PSE pide “objetivos más vinculantes en […] el mayor uso de las energías renovables y la mejora de la eficiencia energética”. ALDE quiere ” mejorar la eficiencia energética” y  “desvincular la producción de energía de las emisiones de carbonocon énfasis en el uso de las energías renovables”. El PPE apuesta por “alejarse de la dependencia de los combustibles fósiles”.  Pero,  una vez más es el  programa electoral del Partido Verde el único que ofrece cifras concretas: para 2030, el PVE quiere reducir el consumo de energía en un 40% y lograr que las energías renovables representen el 45% del consumo energético. Esto se lograría a través de la promoción de las tecnologías verdes,  y poniendo  fin a las subvenciones e inversiones públicas en combustibles fósiles, así como en una reforma del “Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea ” (aunque las funciones propuestas del Régimen siguen siendo poco claras). Además, los Verdes abogan por una “reducción progresiva” de la energía nuclear en Europa. También pretenden reducir los  subsidios directos e indirectos, en concreto,  tratando que los operadores de las plantas de energía sean los únicos responsables en caso de accidentes nucleares. Por último,“el fracking” – la controvertida extracción de gas – queda rechazado de manera explícita en el programa Verde.

Además de los Verdes, el partido que más esfuerzos realiza en su estrategia energética es ALDE. Los Liberales también quieren “eliminar progresivamente las ayudas y subvenciones perjudiciales para el medio ambiente, lo que incluye aquellas referentes a la producción y consumo de combustibles fósiles.”.  Pero tampoco es el único partido que promueve “la captura de carbono y la tecnología de almacenamiento”. Por último, la expansión de las redes de electricidad paneuropeas,  es un objetivo común del PVE, ALDE y el PPE. Sin embargo, hay una cuestión en la que sólo los dos partidos mayoritarios parecen estar interesados: tanto el PSE como el PPE son los únicos que no platean un incremento del precio sobre las energías. No obstante, hay una diferencia interesante en su discurso. Mientras que el PSE quiere  “luchar contra la pobreza energética” y “garantizar el acceso mínimo a la energía para todo el mundo”, el PPE se preocupa sobre todo de “preservar la asequibilidad de los precios de la energía para el mantenimiento de la base industrial europea”. De tal manera que la solución ofrecida por el PPE es la “creación de un mercado interior de la energía”.

 

Inversión verde

La cuestión de cómo las tecnologías verdes pueden ser promovidas también tiene una respuesta diferente según los partidos. Una vez más, la propuesta más radical proviene del  EL, quienes abogan por una “transformación ecológica” de la cual reclama la “re-apropiación pública de los sectores estratégicos”. En contraposición, los Social Demócratas y Liberales,  apuestan principalmente por la inversión pública. Mientras el  PES prefiere “promover la implementación de los bonos europeos para financiar buenas inversiones en economías verdes, energía renovable y tecnológica”, ALDE apuesta por “el cambio de orientación en las políticas de apoyo de la UE mediante los Fondos Estructurales y de Cohesión hacia la investigación y el desarrollo en los sectores con mayor futuro, como el sector de las energías renovables”. El PPE, por su parte, mira principalmente hacia el sector privado y pretende “crear  nuevas oportunidades para las empresas europeas y  desarrollar nuevas tecnologías sostenibles”.

Los Verdes, finalmente, proponen una gran cantidad de medidas sobre la inversión verde, como: “la promoción de normativas de diseño ecológico, la contratación pública, normas sobre ayudas estatales, inversión privada, las pequeñas y medianas empresas y cooperativas, una mejor financiación para la investigación, desarrollo y educación, la promoción del espíritu empresarial y, en particular, el emprendimiento social, las buenas relaciones laborales, la democracia en el trabajo y la lucha contra los intereses corporativos”. Además, son el único partido que pone  énfasis en la política europea de transportes, que pretende reducir el consumo de recursos mediante la mejora de las conexiones ferroviarias transfronterizas y la promoción de vehículos de bajo consumo de energía y el transporte público.

Un nexo de unión entre PPE, PSE y PVE se da en la máxima de que la política ambiental no es un asunto puramente europeo. Las tres partes se esfuerzan por  “cooperar de manera estrecha  a nivel mundial” (PSE) y así poder “llegar a una solución global contra el cambio climático” (PPE). Para ello, los Verdes ponen su esperanza en las Naciones Unidas y proponen fusionar todas las agencias ambientales de la ONU existentes en una “Organización Mundial del Medio Ambiente”. Por el contrario, PPE y PSE parecen considerar la protección del medio ambiente, como una especie de campeonato internacional. Para ellos, la UE debe “recuperar el liderazgo mundial en la protección de la naturaleza y los recursos naturales” (PSE) y “seguir siendo el líder mundial en este ámbito” (PPE).

 

Políticas Democráticas

La crisis del euro no sólo situado la política económica en el centro de la agenda política, sino también la demanda de una reforma democrática de la UE. Los partidos de izquierda fueron especialmente críticos sobre la gestión de crisis por parte de la Troika y del Consejo Europeo. Por tanto, en los últimos años, la posibilidad de una nueva Convención Europea, que prepararía la primera reforma  importante desde que se aprobara el Tratado de Lisboa, ha sido un tema recurrente en la política europea.

ALDE, EL y PVE  recogen estas demandas en sus programas electorales – aunque redactadas de forma ligeramente distinta. Mientras que la IE reclama “romper con el marco de los tratados […] aquellos en que sean vinculantes las políticas neoliberales aplicadas al BCE y a la UE”, los Liberales de manera más moderada apoyan “la convocatoria de una Convención que impulse y profundice la Unión por la senda de la democracia”. Por último, los Verdes abogan por  llevar a cabo “una reorientación política fundamental y un proceso de renovación democrático en la Unión Europea”, y no sólo proponen “una nueva convención democrática […] o una asamblea constituyente”, sino también una ratificación de sus resultados “mediante un referéndum en la UE”. Por el contrario, el PPE y el PSE no mencionan la Convención en sus programas electorales  (que ciertamente no es una buena señal para los partidarios de la reforma de los tratados).

 

Fortalecimiento del Parlamento Europeo

¿Y cómo debería ser la UE más democrática? Para la mayoría de los partidos,  está claro que el Parlamento Europeo necesita un mayor fortalecimiento. La concreción de propuestas, sin embargo, son más bien vagas. El PSE “solicita“un papel más destacado del Parlamento Europeo, la IE prefiere “un Parlamento Europeo con plenos poderes y competencias”, ALDE sugiere “una mayor participación en la toma de decisiones del Parlamento Europeo y de los parlamentos nacionales y”. Únicamente, el PVE es más específico y propone que “el Parlamento debería tener el derecho de iniciativa legislativa”, y “la capacidad de codecidir las prioridades de la coordinación de la política económica”, así como “algunas competencias en materia de política fiscal y la política social”.

El programa del Partido Verde vuelve a ser el único que reclama cambios en el Sistema Electoral Europeo: El PVE no solo quiere bajar la edad de derecho a voto a los 16 años, sino que también propone “introducir listas transnacionales”. Por último, ALDE y PVE están de acuerdo en que el Parlamento Europeo debe tener una única sede y “acabar con el tener que moverse entre Bruselas y Estrasburgo” (PVE).

 

Consejo y Comisión

La Comisión Europea, también, está en el punto de mira para ser reformada por la mayoría de los partidos, aunque no siempre está claro lo que realmente se quiere hacer con ella. Los Verdes piden a la Comisión “la redición de cuentas de sus acciones”.  Según la IE, “la Comisión Europea ha de transferir sus poderes a los parlamentos nacionales y europeo y su papel debe limitarse a las funciones ejecutivas”. ALDE y PPE quieren reducir el número de carteras de la Comisión. Sin embargo,el PPE insiste en que el principio de “un comisario por país”no se debe abandonar. En cuanto al Consejo, los Verdes y los Liberales están de acuerdo en que se necesita una mayor transparencia  “por ejemplo, publicando los resultados de la votación” (PVE). Otras propuestas más detalladas de reforma provienen del PPE, por lo que “el Consejo debe reformarse en una única formación capaz de centralizar todas las demandas legislativas que hayan sido preparadas por los diferentes Consejos de Ministros”. Tanto PPE  y PVE quieren reducir los derechos nacionales de veto en el Consejo, el PPE menciona las políticas relativas “a la política de exteriores y de justicia y asuntos de interior”.

 

Otras Instituciones

Otra exigencia muy extendida entre los programas electorales es fortalecer los parlamentos nacionales, aunque una vez más las propuestas concretas siguen siendo muy poco claras. Así, la IE simplemente exige a los “poderes nacionales […] asambleas elegidas”. Para el PPE, “los parlamentos nacionales deben ser más pro-activos y estar más involucrados en la toma de decisiones europeas  dentro del marco constitucional”. Los Verdes quieren “fortalecer las oportunidades de los Parlamentos nacionales y que sean capaces de reaccionar cuando la UE se exceda en sus competencias y no siga las reglas en materia de subsidiariedad”, e imponer “un mejor control sobre las acciones de sus gobiernos en los asuntos europeos” y darles “más canales de cooperación con el Parlamento Europeo”.

Una reforma del Banco Central Europeo viene propuesta de la mano del IE y del PVE. Ambos partidos quieren aumentar el control democrático, e incluir la promoción del empleo entre sus objetivos políticos. Por otra parte, la IE quiere que el BCE preste“directamente a los Estados Miembros”,  propuesta no recogida por los Verdes. ALDE es a su vez, el único partido que también está interesado en los órganos secundarios de la UE, pero sólo con el fin de abolirlos: para los Liberales, todos los órganos deben “contribuir de manera significativa al proceso de toma de decisiones […] de la Unión”,  por lo que abogan por la “reestructuración” del Comité de las Regiones y consideran que el Comité Económico y Social Europeo debe ser abolido. Por otra parte, los Liberales piden una “auditoría de todos las agencias existentes de la UE”, y que “aquellas que no aporten ningún valor añadido deberían suprimirse”. Sin embargo,  los criterios por los que este “valor añadido” es medido, no se especifican en el programa electoral.

 

Más propuestas

Otro gran reto para la UE es cómo hacer frente a los Estados miembros que violan la democracia y el Estado de Derecho a nivel nacional. Casos como los de Hungría o Rumanía han mostrado que el actual mecanismo (el artículo 7 del Tratado de la Unión Europea (TUE)) no es suficiente para asegurar el respeto a los valores comunes de la Unión. Únicamente son ALDE y EGP los partidos que abordan este asunto en sus programas electorales. Es por ello que los Verdes hacen un llamamiento hacia “controles y sanciones más eficaces en el momento en el que se produzcan violaciones de los derechos en cualquiera de los Estados miembros”,y proponen una nueva“Comisión de Copenhague […] que asegure que las demandas democráticas que son exigidas a los Estados Candidatos  […] no recaigan en autoritarismo o clientelismo, una vez que un Estado miembro se haya incorporado a la UE”. De igual manera, los Liberales quieren “un mecanismo que vigile las violaciones de los derechos fundamentales y las libertades públicas en la UE y haga cumplir las sanciones impuestas, sobre la base de unos criterios objetivos y libres de interferencias políticas”.

Por último, los Verdes también subrayan la idea de la democracia participativa y directa en el nivel Europeo. Esto es, que ellos quieren hacer de la Iniciativa Ciudadana Europea “un instrumento más eficiente y accesible para el ciudadano” y pretenden “crear un fundamento jurídico para establecer las bases de un referéndum en la UE “.

Conclusión

Los programas electorales de los partidos políticos europeos no son los suficientemente precisos como los que cualquiera desearía, pero en los asuntos de mayor relevancia se da la claridad necesaria que permite a los electores estar bien informados. Por encima de todo, hay un claro contraste entre izquierda y derecha cuando se trata de la crisis del euro. Mientras PSE, ALDE y el PVE hacen hincapié en las inversiones públicas, la IE propone nacionalizar completamente algunos sectores de la economía, y el PPE adopta una postura muy escéptica sobre el gasto público y se centra principalmente en las reformas estructurales.Por otra parte, también existen claras diferencias en la política fiscal y social entre  PSE, PVE y IE por un lado, y el PPE y ALDE, por otro. También, existe un amplio acuerdo en la protección del medio ambiente y del clima, todos los partidos apoyan la transición de los combustibles fósiles hacia las energías renovables. Sin embargo, cuando se trata de propuestas concretas, principalmente es el PVE quien sustenta su pretensión de ser el principal candidato ecologista. Por último, el futuro democrático de la UE parece ser una prioridad sobre todo para los partidos más pequeños – ALDE, PVE y IE -, mientras que PSE y PPE casi no mencionan este tema en sus programas electorales. En cualquier caso, sea cual sea la elección de los votantes del 22 al 25 de mayo, claro está que su elección marcará la diferencia.

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